Tres aspectos contribuyen a hacer del Festival de Pascua de Mesa la producción llena del Espíritu que es

Tres aspectos contribuyen a hacer del Festival de Pascua de Mesa la producción llena del Espíritu que es

Este artículo fue aportado por un miembro local de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Los puntos de vista expresados pueden no representar los puntos de vista y posiciones de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Para el sitio oficial de la Iglesia, visite iglesiadejesuscristo.org.

Trevor Orme retrata a Jesús con niños. Foto: Scott Adair

Durante casi 90 años, miles de personas han dedicado voluntariamente una parte de sus vidas a participar en la Desfile de Pascua de Mesa, Arizona.

Impulsados por algo más que el deseo de brillar o hacerse un nombre, ellos, en cambio, han compartido un compromiso colectivo de retratar, de la mejor manera que los mortales pueden, el propósito conmovedor, omnipresente, poderoso y divino de la vida de Cristo y, al hacerlo, promover la misión del Festival de Pascua de Mesa: llevar a otros a Cristo. 

Los que han estado íntimamente involucrados en la presentación del certamen, así como muchos de los cientos de miles que lo han visto, han sido profundamente conmovidos por el espíritu de la producción y la veracidad de su mensaje, regresando con familiares y amigos año tras año para tomar parte y ser parte de este amado evento. 

Este inspirador espectáculo, vivido desde atrás, sobre o delante del escenario, tiene el poder de cambiar corazones, enriquecer vidas, edificar testimonios y enseñar el amor.

“Jesús el Cristo” no es una obra sobre la Pasión centrada en la crucifixión, sino una sincera celebración de la vida y resurrección del Salvador. 

Reconocido como el mayor espectáculo anual de Pascua al aire libre del mundo, la producción de Mesa combina música, danza y teatro, con un vestuario espectacular, iluminación, efectos de sonido y animales vivos, todo ello en un enorme escenario de varios pisos. Sin embargo, por impresionante que sea la calidad de la actuación y la pompa, tres aspectos subyacentes se combinan para distinguirlo y convertirlo en la producción llena de espíritu que es:

En primer lugar, la historia es la de Jesucristo, destacando la misión y los momentos importantes de la vida del Salvador y Redentor de toda la humanidad, tal como se registran en las Sagradas Escrituras. 

En segundo lugar, toda la presentación y las grandes audiencias que la ven tienen lugar en terreno sagrado, dedicado por los profetas del Señor.

  • En la oración dedicatoria del Templo de Arizona de 1927, el presidente Heber J. Grant oró específicamente: “Que todos los que visiten los terrenos que rodean este templo, sean o no miembros de la Iglesia de Cristo, sientan la dulce y apacible influencia de este lugar bendito y sagrado”. 
  • En 1975, cuando el presidente Spencer W. Kimball rededicó el Templo de Arizona después de su importante renovación, él también bendijo no solo el edificio, sino también el terreno circundante para “ser un remanso de paz, descanso y santa meditación”.
  • En 2021, cuando el presidente Dieter F. Uchtdorf rededicó el templo por segunda vez, citó al presidente Grant de su oración dedicatoria de 1927: “…Que todos los que visiten los terrenos que rodean este templo, sean miembros de la Iglesia de [Jesucristo] o no, sientan la dulce y apacible influencia de este lugar bendito y sagrado”.

En tercer lugar, el elenco y el equipo técnico se dedican cada año a dar testimonio de Cristo, y se preparan espiritualmente para ello. El Señor parece tomar sus ofrendas y multiplicarlas, por lo que el resultado es una experiencia extraordinaria, a la vez singularmente personal y profundamente universal.

Jenee Wright Prince, directora creativa del certamen desde 2012, lo expresa así: «Tenemos la tarea de representar la vida del Salvador de manera que cientos de miles de personas puedan sentir el Espíritu en el hermoso mensaje de Pascua. Como elenco, estamos ahí para presentar la historia del Salvador. Aunque somos imperfectos y a menudo nos quedamos cortos, el Señor siempre llena el vacío, siempre compensa la diferencia» (Church News, 17 de marzo de 2016).

—Tomado del libro, El Espectáculo de Pascua de Mesa: 80 años compartiendo la historia de Jesucristo por Jill Adair y Cecily Condie.

Jesús es llevado ante Pilato en una escena del espectáculo. Foto: Kary Ann Hoopes

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